miércoles, 28 de abril de 2010

¿Cuál es el momento más feliz de tu vida?

La diplomática y ex-estrella infantil, Shirley Temple Black contó una historia sobre su marido, Charles y la mamá de este. Cuando Charles era niño, preguntó a su madre cuál era el momento más feliz de su vida.

--Este momento, ahora mismo--respondió ella.

--Pero, ¿qué de todos los momentos felices de tu vida?--dijo sorprendido--¿Qué del día de tu matrimonio?

--En ese entonces mi momento más feliz fue ese--respondió ella--. Ahora mi momento más feliz es ahora. Solo puedes vivir realmente el momento en el que estás. Por eso para mí siempre es ese el momento más feliz.

La madre de Charles Black mostró sabiduría al decir esto. Cuando usted se enfoca en el pasado o en el futuro, le resta potencial al presente. Pero cuando presta atención a lo que está ocurriendo en el momento y trata de tener una actitud positiva al respecto, usted se abre a todas las posibilidades que contiene el presente.

Maxwell, J. C. 2003; 2003. El mapa para alcanzar el éxito; Your Road Map for Success . Thomas Nelson, Inc.

Hoy es un día clave. No permitas que las experiencias de ayer te roben la oportunidad de ver las bellezas de hoy. Muchas personas viven mirando hacia atrás y en ese desespero, pierden de vista las bellas flores al lado del camino que hoy transitan. Que este sea el día feliz de tu vida y recuerda, solo Jesús te da la verdadera felicidad.

Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz. Salmo 36:9

He aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor está con los que sostienen mi vida. Salmo 54:4

Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos. Salmo 63:4

evangelio Miercoles 28-04-10, Jn 12,44-50

En aquel tiempo, Jesús gritó y dijo: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado. Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas. Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna. Por eso, lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí».

Reflexión

El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado

Hoy, Jesús grita; grita como quien dice palabras que deben ser escuchadas claramente por todos. Su grito sintetiza su misión salvadora, pues ha venido para «salvar al mundo» (Jn 12,47), pero no por sí mismo sino en nombre del «Padre que me ha enviado y me ha mandado lo que tengo que decir y hablar» (Jn 12,49).

Todavía no hace un mes que celebrábamos el Triduo Pascual: ¡cuán presente estuvo el Padre en la hora extrema, la hora de la Cruz! Como ha escrito Juan Pablo II, «Jesús, abrumado por la previsión de la prueba que le espera, solo ante Dios, lo invoca con su habitual y tierna expresión de confianza: ‘Abbá, Padre’». En las siguientes horas, se hace patente el estrecho diálogo del Hijo con el Padre: «Padre, perdónales porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34); «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46).

La importancia de esta obra del Padre y de su enviado, se merece la respuesta personal de quien escucha. Esta respuesta es el creer, es decir, la fe (cf. Jn 12,44); fe que nos da —por el mismo Jesús— la luz para no seguir en tinieblas. Por el contrario, el que rechaza todos estos dones y manifestaciones, y no guarda esas palabras «ya tiene quien le juzgue: la Palabra» (Jn 12,48).

Aceptar a Jesús, entonces, es creer, ver, escuchar al Padre, significa no estar en tinieblas, obedecer el mandato de vida eterna. Bien nos viene la amonestación de san Juan de la Cruz: «El Padre todo nos lo habló junto y de una vez por esta sola Palabra (...). Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo sería una necedad, sino que haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, evitando querer otra alguna cosa o novedad».

lunes, 26 de abril de 2010

Evangelio Lunes 26-04-10, Juan 10, 1-10

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: "Yo les aseguro que el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón, un bandido; pero el que entra por la puerta, ése es el pastor de las ovejas. A ése le abre el que cuida la puerta, y las ovejas reconocen su voz; él llama a cada una por su nombre y las conduce afuera. Y cuando ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de ellas, y ellas lo siguen, porque conocen su voz. Pero a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños".

Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Por eso añadió: "Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que yo, son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado.

Yo soy la puerta; quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia".

Reflexión

El Señor nos manifiesta que su venida al mundo está relacionada con la donación de la vida plena; Jesús da la vida, para que nosotros tengamos vida, es decir, él muere en la cruz para que nosotros podamos vivir en la esperanza de la vida eterna, una vida que no termina, ni mengua ni acaba porque es la contemplación de Dios cara a cara. La vida eterna, como don divino, es la continuación de la vida que obtenemos por el amor de nuestros padres. Y ahora nuestro Padre celestial, nos brinda la vida que siempre quiso para nosotros desde la creación del mundo y que nosotros rechazamos con el pecado original.

jueves, 22 de abril de 2010

Evangelio Jueves 22-04-10, Jn 6,44-51

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre, que me ha enviado; y a ése Yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todos serán discípulos de Dios. Todo aquel que escucha al Padre y aprende de Él, se acerca a mí. No es que alguien haya visto al Padre, fuera de Aquél que procede de Dios. Ese sí ha visto al Padre. Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y sin embargo, murieron. Este es el pan que ha bajado del cielo para que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan que Yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida».


Petición

Jesús, ayúdame a vivir siempre en comunión contigo, por medio de la fe y de la adhesión a tu voluntad, a pesar de mis deficiencias.

Reflexión

Jesús nos enseñó a invocar a Dios como Padre. Él es el origen de todo lo que existe, de Él proviene todo lo que somos y tenemos. Como Padre, Él es toda bondad y solicitud amorosa por cada uno de nosotros. Con su vida, Jesús nos enseñó a relacionarnos con el Padre con un verdadero espíritu filial y cariñoso. En cada página del Evangelio vemos a Jesús volviendo su corazón constantemente al Padre; la motivación y el fin de todas sus actividades era complacerle y glorificarle. Ahora pensemos si en nuestra vida buscamos darle la primacía a Dios. ¿Podemos decir que nuestra dependencia de Dios es como la de Jesús? Como Cristo, ¿buscamos en todo momento agradar a nuestro Padre? Por otra parte, el evangelista san Juan nos presenta la fe como el inicio de la vida eterna. El que cree en Jesús tiene una nueva vida. La auténtica fe nos hace llevar una existencia diferente, nos impulsa a iluminar los acontecimientos de la vida de cara a la eternidad que nos aguarda.

Propósito

Rezar un Padre nuestro varias veces al día para expresarle a Dios mi deseo de agradarle en todo.

miércoles, 21 de abril de 2010

Actividades de la Iglesia Santisima Trinidad

Asamblea General de Comunidades

FECHA: Miércoles 21 de Abril
HORARIO: 8pm
LUGAR: Parroquia Santísima Trinidad

Tema: ¿ Me amas mas que estos? Lecturas: Hechosa 4,32-37 Evangelio Juan 21 , 1-19 ( salmo 99) Encargados: Accion Social


Convivencia Tu y Yo,Nosootros

FECHA: Viernes 23 de Abril al Domingo 25 de Abril
HORARIO: Vienes de 7pm a 10pm, Sabado 8am a 5pm y en la Noche de 8:30pm a 12:pm, Domingo de 9am a 1pm
LUGAR: Casa Curial

Es un fin de Semana para compartir con tu Esposo(a) y dedicarse tiempo de calidad para tratar temas que los atañen como pareja Costo:$2500 p/pareja Incluye: Refrigerio y Almuerzos

Peregrinación a la Parroquia Santo Cura de Ars

FECHA: Sábado 24 de Abril
HORARIO: 8:30 AM
LUGAR: Parroquia

PEREGRINACIÓN A LA PARROQUIA SANTO CURA DE ARS DÍA : SÁBADO 24 DE ABRIL HORA: 9:00 am A 12:00 pm PUNTO DE PARTIDA: PARROQUIA SANTÍSIMA TRINIDAD 8:30 AM HABRÁN 4 AUTOBUSES 1-CLAUSTROS DEL 1-8 2-CLAUSTROS DEL 9-15 3-EL MANGUITO 4-ADULTOS MIXTOS PRECIO: RD $150.00 POR PERS.


Convivencia Flía. Joven

FECHA: Sábado 24 de Abril al Domingo 25 de Abril
HORARIO: Sabado de 8am a 5:30pm y Domingo 8am a 1pm
LUGAR: el carmelito

Convivencia para familia con niños menores de 12 años, temas relacionados a la pareja y a la relacion padre e hijos Costo:$2000 p/persona Incluye: Refrigerio y Almuerzo

Creo en Dios Padre


FECHA: Sábado 24 de Abril al Domingo 25 de Abril
HORARIO: Sabado de 8am a 5:30pm y Domingo 8:30am a 1pm
LUGAR: El Carmelo

1er Retiro del Cilo del los Credo Costo:$ 700 p/persona Incluye: Refrigerio y Almuerzo


Convivencia Familia Amiga

FECHA: Sábado 24 de Abril al Domingo 25 de Abril
HORARIO: Sabado de 8am a 5pm y Domingo 8am a12pm
LUGAR: Imca

Convivencia Dirigida a parejas con Hijos entre 12 y 18 años, participan las parejas con hijos entre esas edades.(Deben participar pareja e hijos) Costo:$ 1500 P/Familia Incluye: Refrigerios y Almuerzo


Eucaristia Contemplativa

FECHA: Jueves 6 de Mayo
HORARIO: 8pm
LUGAR: La Capilla del Santisimo

ORACION Y PROPOSITO DEL DIA

Dame tus ojos, Señor, quiero ver como tú ves; dame tu entendimiento, pues quiero entender, como tú entiendes; y dame tu corazón, para tener tus mismos sentimientos.

Quiero permanecer en quietud de corazón a la hora de la tribulación, sabiendo que es tu mano la que me moldea, que es tu toque divino el que está haciendo todo siempre nuevo. Enséñame a permanecer en paz mientras está la tormenta y dejándote actuar pues sé que es ahí donde tu poder se manifiesta con mayor majestad.

Propósito del día

"Ver los signos de la presencia de Dios a mi alrededor".

Evangelio Miercoles 21-04-10, Juan 6, 35-40.

En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. Pero ya os lo he dicho: Me habéis visto y no creéis. Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día.


Reflexión


Todo el que vea al Hijo de Dios y crea en Él, es decir, quien lo reconoce y acoge mediante la fe, tendrá la vida eterna y resucitará en el último día. La fe es un don de Dios que nos dispone para asentir a las verdades reveladas por Dios. No es algo que se logre por un mero esfuerzo humano.
Pero es necesaria nuestra colaboración con Dios. Dios ha querido sentir necesidad de nosotros.

Hay cristianos que son como esos cantos redondos de los ríos, que a lo mejor llevan años dentro del agua, pero se rompen y en su interior están completamente secos. La falta no está en el cristianismo sino en esos corazones que son como el de los judíos del evangelio: "han visto pero no han creído".

Nada hemos de valorar tanto como este regalo de la fe. Por defender la fe, se da incluso la vida, como tantas veces ha ocurrido a lo largo de los siglos.

Pero no nos sintamos solos. Cristo nos espera con los brazos abiertos, porque quien camina hacia Él por la fe, nunca será rechazado.

miércoles, 14 de abril de 2010

ORACION Y PROPOSITO DEL DIA

" Señor, tu nos presentas a un Dios de amor. tU nos invitas a creer, sabiendo que la fe es un encuentro contigo y con los dones que nos regala el padre junto contigo. Ayudanos a creer en tu amor y a responder a el dandonos a los necesitados y a aquellos que sentimos que no merecen nuestro amor. Amén.

Propósito del día

"Tener un gesto de cariño con alguna persona necesitada."

Evangelio Miercoes 14-04-10, Juan 3, 16-21

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que creee en Él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras.Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios».

Reflexión

La oscuridad nos inquieta. La luz, en cambio, nos da seguridad. En la oscuridad no sabemos dónde estamos. En la luz podemos encontrar un camino. En pocas líneas, el Evangelio nos presenta los dos grandes misterios de nuestra historia. Por un lado, “tanto amó Dios al mundo”. Sin que lo mereciéramos, nos entregó lo más amado. Aún más, se entregó a sí mismo para darnos la vida. Cristo vino al mundo para iluminar nuestra existencia. Y en contraste, “vino la luz al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz”. No acabamos de darnos cuenta de lo que significa este amor de Dios, inmenso, gratuito, desinteresado, un amor hasta el extremo.

El infinito amor de Dios se encuentra con el drama de nuestra libertad que a veces elige el mal, la oscuridad, aún a pesar de desear ardientemente estar en la luz. Pero precisamente, Cristo no ha venido para condenar sino para salvarnos. Viene a ser luz en un mundo entenebrecido por el pecado, quiere dar sentido a nuestro caminar.

Obrar en la verdad es la mejor manera de vivir en la luz. Y obrar en la verdad es vivir en el amor. Dejarnos penetrar por el amor de Dios “que entregó a su Hijo unigénito”, y buscar corresponderle con nuestra entrega.

martes, 6 de abril de 2010

Proposito del Día

" Ver a Jesús en las personas que más me cuesta reconocerlo".

Evangelio Martes 06-04-10, Juan 20, 11-18

El día de la resurrección, María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron: "¿Por qué estás llorando, mujer?" Ella les contestó: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto".

Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie; pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: "Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?" Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: "Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto". Jesús le dijo: "¡María!" Ella se volvió y exclamó: "¡Rabuní!", que en hebreo significa 'maestro'. Jesús le dijo: "Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios."

María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que había visto al Señor y para darles su mensaje.

Reflexión

En los últimos años, la Iglesia ha insistido continuamente en la importantísima función que tienen los laicos dentro del proyecto salvífico de Dios como ANUNCIADORES Y TESTIGOS de la resurrección de Cristo, como nos lo muestra hoy el evangelio. Jesús se le revela a María Magdalena y la envía como evangelizadora, como anunciadora de la gran noticia: "Está vivo, resucitó, yo lo he visto". Es, pues, necesario que cada uno de nosotros, como María Magdalena, tomemos nuestro papel en este anuncio. Ninguna lengua se puede quedar callada: Cristo está vivo. Esto significa que la muerte y el pecado han sido vencidos, que el poder de Dios guía nuestra vida, y que si vivimos y morimos con él, reinaremos. ¡Aleluya hermanos: ha resucitado!

lunes, 5 de abril de 2010

Proposito del Día

"Tener un gesto de cariño con alguna mujer cuya vida nos hable de como es que Dios actua entre nosotros."

Evangelio Lunes 05-04-10, San mateo 28, 8-15

Después de escuchar las palabras del ángel, las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro, y llenas de temor y de gran alegría, corrieron a dar la noticia a los discípulos. Pero de repente Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se le acercaron, le abrazaron los pies y lo adoraron.
Entonces les dijo Jesús:
"No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allá me verán".
Mientras las mujeres iban de camino, algunos soldados de la guardia fueron a la ciudad y dieron parte a los sumos sacerdotes de todo lo ocurrido
Estos se reunieron con los ancianos, y juntos acordaron dar una fuerte suma de dinero a los soldados, con estas instrucciones:
"Digan: 'Durante la noche, estando nosotros dormidos, llegaron sus discípulos y se robaron el cuerpo'. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos arreglaremos con él y les evitaremos cualquier complicación".
Ellos tomaron el dinero y actuaron conforme a las instrucciones recibidas. Esta versión de los soldados se ha ido difundiendo entre los judíos hasta el día de hoy.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

Si este texto se escribiera en un diario de hoy, podría ser titulado: "Roban el cadáver de uno de los crucificados el viernes pasado" . Esa era la historia oficial que todavía circulaba cincuenta años después cuando se escribió el evangelio de Mateo. Sin embargo había otra historia que contaban las mujeres en las comunidades: el Señor resucitó. Y esta versión es la que ha corrido durante más de 2000 años y ha llegado hasta nosotros hoy.

La fe en que, ese Jesús que fue crucificado ha resucitado, es un don de Dios, que exige una respuesta y obliga a una tarea. Nadie puede creer en Jesús si el Espíritu Santo no actúa con su gracia. Gracia que significa vida y gracia que significa gratis. "Amor saca amor" decía santa Teresa. Debemos responder al amor. Quienes creemos que Jesús está vivo queremos comprometernos en la tarea de servir al reino, no por merecer recompensas sino por "urgencia retributiva" (J. Sobrino) En medio de nuestras desesperanzas y miedos, Jesús nos dice: "No teman. Alégrense. Vuelvan al comienzo del camino y recórranlo nuevamente llenos de esperanza". Y en la misión de hacer presente el reino experimentaremos con certeza que el Señor resucitó.

jueves, 1 de abril de 2010

Evangelio Jueves 1-04-10, Jn 13,1-15

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido.

Llega a Simón Pedro; éste le dice: «Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?». Jesús le respondió: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde». Le dice Pedro: «No me lavarás los pies jamás». Jesús le respondió: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo». Le dice Simón Pedro: «Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza». Jesús le dice: «El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos». Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No estáis limpios todos».

Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros».

Reflexión

Si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros

Hoy recordamos aquel primer Jueves Santo de la historia, en el que Jesucristo se reúne con sus discípulos para celebrar la Pascua. Entonces inauguró la nueva Pascua de la nueva Alianza, en la que se ofrece en sacrificio por la salvación de todos.

En la Santa Cena, al mismo tiempo que la Eucaristía, Cristo instituye el sacerdocio ministerial. Mediante éste, se podrá perpetuar el sacramento de la Eucaristía. El prefacio de la Misa Crismal nos revela el sentido: «Él elige a algunos para hacerlos partícipes de su ministerio santo; para que renueven el sacrificio de la redención, alimenten a tu pueblo con tu Palabra y lo reconforten con tus sacramentos».

Y aquel mismo Jueves, Jesús nos da el mandamiento del amor: «Amaos unos a otros como yo os he amado» (Jn 13,34). Antes, el amor se fundamentaba en la recompensa esperada a cambio, o en el cumplimiento de una norma impuesta. Ahora, el amor cristiano se fundamenta en Cristo. Él nos ama hasta dar la vida: ésta ha de ser la medida del amor del discípulo y ésta ha de ser la señal, la característica del reconocimiento cristiano.

Pero, el hombre no tiene capacidad para amar así. No es simplemente fruto de un esfuerzo, sino don de Dios. Afortunadamente, Él es Amor y —al mismo tiempo— fuente de amor, que se nos da en el Pan Eucarístico.

Finalmente, hoy contemplamos el lavatorio de los pies. En actitud de siervo, Jesús lava los pies de los Apóstoles, y les recomienda que lo hagan los unos con los otros (cf. Jn 13,14). Hay algo más que una lección de humildad en este gesto del Maestro. Es como una anticipación, como un símbolo de la Pasión, de la humillación total que sufrirá para salvar a todos los hombres.

El teólogo Romano Guardini dice que «la actitud del pequeño que se inclina ante el grande, todavía no es humildad. Es, simplemente, verdad. El grande que se humilla ante el pequeño es el verdaderamente humilde». Por esto, Jesucristo es auténticamente humilde. Ante este Cristo humilde nuestros moldes se rompen. Jesucristo invierte los valores meramente humanos y nos invita a seguirlo para construir un mundo nuevo y diferente desde el servicio.