jueves, 22 de octubre de 2009

Evangelio Jueves 22-10-09, Lucas 12, 49-53

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "He venido a traer fuego a la tierra ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo ¡y cómo me angustio mientras llega!

¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".

Reflexión

Este pasaje podría prestarse a una interpretación equivocada por lo que hay que tomarlo dentro del contexto en que Jesús lo dice. Jesús en todo este capítulo está hablando de la necesidad de ser fieles al Evangelio, de estar preparados. Esta fidelidad al Evangelio nos pude llevar, incluso, a encontrarnos con problemas aún dentro de nuestra propia familia.

Dado que el Reino es una invitación que se hace de manera personal, hay quien puede, si no rechazarla, sí tomarla con menos seriedad de la que el mismo Evangelio nos lo demanda. Esto causará división, pues no siempre los criterios del mundo van de acuerdo a los del Evangelio. Cuando el fuego del amor de Dios arde en el corazón del cristiano, la vida no siempre se ve como la ve el resto del mundo. Lo anterior no quiere decir que el cristiano será el causante de la división, sino el mismo Evangelio que se opone al egoísmo, a la mentira, a la injusticia...

Si llegas a vivir una situación así en tu casa, en medio de esta tormenta recuerda las palabras de san Pablo: "Cree tú y creerán los de tu casa". (Hch 16, 31)

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